España en 2025: Crecer, superar obstáculos y aprovechar oportunidades



        A lo largo de los últimos años, la economía española ha vivido momentos complejos, marcados por la crisis económica global y los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, las proyecciones económicas para 2025 apuntan a una recuperación destacada, con un crecimiento que superaría la media de la Unión Europea. A continuación, analizamos las perspectivas de la economía española para 2025, los factores que podrían impulsar este crecimiento y los desafíos que aún enfrenta el país. 



Según el informe publicado por El País en diciembre de 2024, se prevé que España lidere el crecimiento económico de la Unión Europea en 2025, con una tasa de crecimiento proyectada del 2,1%. Este desempeño positivo se sitúa por encima de la media de la UE, que se espera que crezca alrededor del 1,5%. Este crecimiento estará impulsado por una serie de factores, como la recuperación del consumo interno, el aumento de las inversiones públicas y privadas, y la continua aplicación de políticas fiscales que buscan incentivar la actividad económica en el país. 

En esta tabla de datos se puede observar la baja tasa de crecimiento de España en el PIB                                           respecto a los demás países de la Unión Europea entre 2019 y 2024


Además, según un análisis de la Fundación de Cajas de Ahorro (FUNCAS), el repunte de la inversión, especialmente en el sector de la construcción y las infraestructuras, será clave para mantener este crecimiento. Las inversiones en tecnología y digitalización también podrían ser fundamentales para modernizar la economía española y mejorar su competitividad en los mercados globales. 

A pesar de las expectativas positivas, España aún enfrenta varios desafíos económicos importantes. Uno de los más destacados es la productividad. A pesar de un crecimiento en el empleo y una recuperación económica, la productividad en España sigue siendo baja en comparación con la media europea. Según datos de Eurostat, la productividad por hora trabajada en España es significativamente inferior a la de otros países europeos, lo que limita la capacidad de las empresas españolas para generar más riqueza con el mismo nivel de esfuerzo. 


En esta gráfica se puede observar la baja productividad de España en relación con otros países.


La baja productividad es un problema estructural que, si no se aborda, podría frenar el crecimiento a largo plazo. A esto se suman otros factores como el envejecimiento de la población y la necesidad de mejorar la formación de la mano de obra, especialmente en habilidades digitales, para adaptarse a los cambios tecnológicos. 

La proyección de crecimiento para 2025 depende de varios factores clave. Según el Banco de España, uno de los principales motores de la economía será la inversión pública, especialmente en el ámbito de las infraestructuras. Los fondos europeos para la recuperación, que forman parte del plan Next Generation EU, también desempeñarán un papel fundamental. Se espera que estos fondos financien proyectos destinados a la transición verde y digital, dos sectores estratégicos para el futuro de la economía española. 

Por otro lado, el comportamiento del consumo también será importante. A pesar de la inflación y la alta carga tributaria, los expertos prevén que los consumidores españoles mantendrán su nivel de gasto, impulsados por una mejora en la confianza y una estabilización de los precios. No obstante, este gasto dependerá en gran medida de la evolución de la situación laboral y el nivel de los salarios. 

El entorno internacional es otro factor que influirá en las proyecciones de crecimiento económico para 2025. A pesar de la mejora de la situación económica interna, las tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania y las fluctuaciones en los precios de la energía, podrían afectar negativamente a la economía española. Además, la incertidumbre sobre las políticas monetarias de la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo (BCE) también podría influir en la estabilidad económica, afectando las inversiones extranjeras y los tipos de interés. 

Un factor positivo que podría ayudar a España es la mejora en la relación con mercados internacionales clave, especialmente dentro de la Unión Europea. España podría beneficiarse de la reactivación económica de sus principales socios comerciales, como Francia y Alemania, lo que estimularía las exportaciones y la inversión extranjera. 

Las proyecciones de crecimiento para España en 2025 son alentadoras, con un panorama favorable que sitúa al país como uno de los motores del crecimiento económico dentro de la Unión Europea. Sin embargo, la baja productividad, los retos demográficos y los riesgos internacionales siguen siendo desafíos a tener en cuenta. Para garantizar un crecimiento sostenible y duradero, España deberá centrarse en mejorar la competitividad de sus empresas, invertir en sectores clave como la tecnología y la sostenibilidad, y aprovechar al máximo los fondos europeos. 

A pesar de estos desafíos, las expectativas para 2025 son positivas, y si se aplican las políticas adecuadas, España podría estar en camino de consolidar una recuperación económica sólida y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. 

 

BIBLIOGRAFÍA 

  1. CincoDías. (2024, 28 diciembre). Cinco Días: economía y mercados. Cinco Días. https://cincodias.elpais.com./ 


  1. País, E. E. (2024, 28 diciembre). EL PAÍS: el periódico global. El País. https://elpais.com./ 


  1. Banco de España. Informe Anual 2024: Proyección económica para 2025. https://www.bde.es/wbe/es/ 

 

 

 

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